“La verdadera razón por la que no puedes dormir: no es el ronquido”
¿Alguna vez has pasado la noche dando vueltas en la cama porque alguien a tu lado no deja de roncar?
Piensas: “Si tan solo se callara, podría dormir al fin.”
Pero, ¿y si te dijera que el problema real no es el ronquido, sino tu reacción al mismo?
Muchos creen que no pueden dormir por el ruido.
Pero en realidad, lo que nos mantiene despiertos es el juicio que hacemos sobre ese ruido.
■ No es el sonido — es tu juicio sobre él
Los seres humanos pasamos el día evaluando todo:
“Esto está bien, esto está mal”, “Esto debería ser así, esto no.”
Cuando clasificamos un sonido como “molesto” o “insoportable”, generamos resistencia interna.
Y es esa resistencia, no el sonido en sí, lo que causa el estrés que nos quita el sueño.
En otras palabras: no es el ronquido lo que te impide dormir.
Es el pensamiento: “Esto no debería estar pasando”.
■ Una infancia junto a las vías del tren
Crecí en una casa justo al lado de unas vías de tren.
Todas las noches los trenes pasaban con gran estruendo, haciendo vibrar las paredes.
Pero nunca tuve problemas para dormir.
De hecho, hoy en día, esos sonidos me resultan incluso nostálgicos.
¿Por qué?
Porque en ese entonces, no los juzgaba. Eran simplemente parte del ambiente.
No había resistencia, por lo tanto, no había estrés. Y dormía tranquilo.
■ ¿Realmente hay un culpable?
Imagina esta situación: vas a un viaje de trabajo y compartes habitación con un colega que ronca fuertemente.
Al día siguiente te quejas: “No pude dormir, me arruinó la noche.”
En tu mente, el que ronca es el culpable, y tú eres la víctima.
Pero… ¿es eso cierto?
Si el ruido realmente impidiera dormir, ¿cómo explicamos a quienes se duermen en trenes, autobuses o cafeterías ruidosas?
La diferencia es que ellos no ofrecen resistencia.
Dejan que el ruido sea lo que es, sin juzgarlo.
■ El estrés no viene de fuera, sino de dentro
El estrés no nace del evento externo.
Nace de la resistencia interior a lo que está sucediendo.
Creemos que la noche “debe” ser silenciosa. Y cuando no lo es, sufrimos.
Pero si dejamos de lado esa expectativa, el sufrimiento desaparece, incluso si el ronquido continúa.
No es el ronquido lo que nos afecta.
Es nuestra historia mental sobre él.
■ Una práctica sencilla para dormir mejor
¿Qué puedes hacer cuando el ronquido te quita el sueño?
Intenta no luchar contra el sonido.
En lugar de eso, prueba lo siguiente:
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Escucha sin juzgar. No pienses “esto está mal”. Solo escucha.
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Observa tu reacción. ¿Sientes tensión, enojo?
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Respira profundamente. Inhala, exhala, relaja tu cuerpo.
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Acepta el momento. Repite en tu mente: “Esto es lo que hay. Y está bien.”
Poco a poco, notarás que tu mente se calma, tu cuerpo se relaja…
Y el sueño llega por sí solo.
■ El problema no es el sonido, sino tu historia interna
“No puedo dormir porque ronca.”
No. No puedes dormir porque crees que no debería roncar.
Cuando sueltas esa idea, el ruido pierde poder.
Ya no es enemigo. Es solo parte del entorno.
■ Conclusión: no necesitas silencio, necesitas aceptación
No es el silencio exterior lo que trae paz, sino la calma interior.
La próxima vez que alguien ronque a tu lado, pregúntate:
“¿Esto realmente es un problema? ¿O soy yo quien lo convierte en uno?”
Tal vez, en ese momento, descubras algo muy poderoso:
No fue el mundo el que se volvió más silencioso…
Fuiste tú quien encontró la paz.